Son instrumentos cuyo funcionamiento se basa en el sistema de posicionamiento satelital.
Son capaces de medir la posición de un lugar varias veces por segundo con una precisión que,
dependiendo del método que se utilice, fluctúa entre milímetros y unos pocos centímetros.
Con ellos es posible calcular desplazamientos del terreno en una amplia escala temporal y
espacial, obteniendo registros de desplazamientos permanentes y de movimiento producido por
el paso de ondas sísmicas provenientes de grandes terremotos. A diferencia de los sismómetros,
los instrumentos de posicionamiento satelital no poseen nivel de saturación.
Estos sensores pueden ser fijos o como puntos de control de deformación distribuidos
a nivel nacional. Son parte de la red los sensores instalados en volcanes.