Son instrumentos diseñados para registrar la velocidad del suelo en un variado rango de frecuencias (desde mili-Hertz hasta varios cientos de segundos). Los sensores son tan sensibles, que registran sismos muy pequeños y, por lo tanto, imperceptibles para las personas; pero también poseen un nivel de saturación que es fácilmente alcanzado por estaciones cercanas a un evento de magnitud importante, por tal razón la red debe contar con instrumentos complementarios, que permitan obtener datos de calidad en el campo cercano. Los datos obtenidos de esta red permiten calcular Los parámetros hipocentrales del sismo (latitud, longitud, profundidad del foco) y su magnitud. Estos sensores se encuentran instalados a nivel nacional para el monitoreo continuo de la actividad sísmica que ocurre en el país. Son parte de la red los sensores instalados en volcanes.